domingo, 11 de octubre de 2015

Los 10 Consejos para crear un buen personaje



Siguiendo con la serie de los "10 consejos para" que comenzamos la semana pasada, hoy les vengo a hablar cómo crear un buen personaje para una mesa de rol. Esta vez, el articulo esta orientado mas a los jugadores que a los directores de juego. Mi amigo Steiner me ha echado una mano y juntos hemos elaborado esta pauta de 10 puntos (en realidad él las ha elaborado todita). 

Crear "buenos" personajes es una de los deberes principales de un jugador de rol. El personaje es la principal interfaz con la cual el participante interactuará con la ficción del juego y será (o debiera ser) lo primero a lo que un director de juego le echa mano cuando se trata de crear una historia. Malos personajes casi innegablemente llevarán a malas partidas de rol.  ¿Pero qué es un personaje bueno? Yo tengo, en mi jerga rolera diaria, tres conceptos que creo  definen un buen personaje: En primer lugar, es interesante y divertido de jugar. Además debe ser consistente y funcionar en el juego en que están jugando. Finalmente, debe es provocativo. Un personaje bueno primero debe gustarle a su jugador y al resto del grupo de juego, luego debe encajar con el escenario de juego y funcionar a nivel de mecánicas y de dinámicas sociales en el grupo, y finalmente debe invitar al conflicto y ser un generador de historias interesantes. Todos recordamos algún personaje que nos ha parecido repelente, plano, aburrido, problemático, ostracista y muchos otros adjetivos negativos.




Pues entonces ¿Cómo creamos un buen personaje? Aquí les van los 10 consejos que les hemos preparado hoy.

1. Ubícate: Antes que todo, considera qué se jugará, cuál será la ambientación y quién será el director de juego. Esto te indicará cuál será el humor de la partida y acotará la creación de tu personaje. De nada sirve querer jugar con un aristócrata cortesano si se jugará en una ambientación sobre combates de monstruos (por mas interesante que sea la idea). Tampoco te divertirás con un héroe trágico si el grupo de juego quiere una aventura cómica.  Debes saber integrarte a la historia y, en mayor o menor medida, el grupo. Finalmente conoce a tu máster: Si su especialidad es la aventura, comedia y acción, probablemente no estará acostumbrado a lidiar con el romance.  Adecúate a su estilo o busca un grupo donde puedas desarrollar lo que desees jugar.



2. Conoce las reglas: Puedes tener una idea muy clara de lo que quieres jugar, pero si no lo sabes traducir en el papel, tu experiencia de juego puede ser frustrante. Debes saber traducir tu trasfondo a nivel mecánico adecuadamente. De nada te sirve querer ser un gran pistolero si no tienes los suficientes niveles o técnicas que así lo sustenten. Estúdiate las reglas, conoce como debería funcionar tu personaje, el máster no es el único que debe leer manuales. Junto con el punto 1 te asegurarás que tu personaje funcione en este grupo de juego y tendrás límites claros con los cuales seguir avanzando en la creación. Si no logras cumplir estos puntos,  busca un juego/grupo/director de juego nuevos que se acomoden a lo que estas buscando, ahórrate las frustraciones (aunque los directores y grupos suelen ser muy flexibles y todo se puede conversar, eso si, asegúrate que no sea solo una declaración de intenciones y que realmente los temas que buscas se incorporen en el juego). 

3. Concepto: Define el tema que desees explorar a lo largo de la historia. Este es el alma de tu personaje. El concepto de personaje es la fundación sobre la cual se establecerá toda la experiencia de juego que pretendes tener, por lo que mejor hay que tener en mente la experiencia que buscamos cuando creamos un personaje. En suma, pregúntate sobre qué tema trata tu héroe. Así, ya no decimos que jugamos con un guerrero. Decimos que nuestro tema es “la redención”, por ejemplo.

4. Conflicto: Con el concepto claro, define el principal conflicto que define a tu héroe. Debe ser algo problemático y que te obligue a profundizarlo o a superarlo. Recuerda que los personajes felices son aburridos y que no hay crecimiento sin lucha. Con eso, la historia y trasfondos fluirán más fácilmente. Un conflicto debe hacer que tu personaje sea provocativo, que de solo mirarlo surjan ideas de cómo su vida puede volverse más interesante, movida, miserable y heroica (¡todo a la vez!). Recuerda que debes estar dispuesto a lidiar con estos conflictos. Si te creas un Ronin debes estar dispuesto a asumir los conflictos de honor que vienen con el personaje y no sólo quedarte con la imagen romántica y "badass" del Ronin  y su katana.

5. Referentes: No es malo basar un personaje en otros vistos en series, películas o libros. Eso sí, evita copiar descaradamente, ya que nuestras creaciones se volverán poco originales y caerán en los clichés. Recuerda que la creatividad es saber echar mano algunas cosas y de muchas partes para crear algo nuevo.

6. Clichés: Si pese lo anterior, te es inevitable caer en el cliché, lo mejor que puedes hacer es darle una vuelta de tuerca. Por ejemplo, ¿juegas con el típico héroe con amnesia y esperas que recobre su pasado?, mejor enfoca su conflicto desde otro ángulo: Deja en claro su pasado y profundiza otras aristas del problema central. Pregúntate cómo afecta la memoria a la identidad y verás que saldrán ideas más novedosas. A lo mejor el tema podría ser sobre la soledad de sentirse ajeno de la familia y amigos. O tal vez nace la desesperanza de no volver a ser quien se era, también podría producirse un antagonismo entre el antiguo y el nuevo “yo”. Cambia de perspectiva y se expandirán tus posibilidades creativas. Como dato les sugerimos la página http://tvtropes.org/ donde podrán encontrar una infinidad de lugares comunes de películas, series, libros y demases. Aquí podrán sacar un montón de ideas para conceptos y conflictos de personaje.




7. La elegancia de la simpleza: Al pensar un personaje imaginamos su mundo, su  familia y amistades. Cuando definimos eso, tendemos exagerar innecesariamente los detalles de su pasado. Eso nos lleva a que el trasfondo luzca poco verosímil. Por ejemplo, crear un héroe con un padre muerto. Con eso, dotamos una carga innecesariamente dramática a un detalle que muchas veces no es importante. Si no beneficia al conflicto principal, no lo sobrecargues. Es más creíble una explicación simple y menos cargada (padre ausente por divorcio). Como dice Mies Van Der Rohe, “menos es más”, por lo que es mejor reservar el drama para el juego que es lo que al final nos convoca.

8. Matices, luces y sombras: Nunca existirá un héroe enteramente bueno ni villano completamente malo. Al crear un personaje busca sus matices. Eso es lo que nos hace humanos y le dará credibilidad a tu interpretación. Así, a un  villano, dale una virtud y a un héroe, insértale algún defecto o vicio. En ambos casos, procura interpretarlos siempre que sea posible (y en especial si a por ello, le causan problemas al personaje, son los momentos mas interesantes de una historia).




9. La magia está en los detalles: Todos tenemos algo que nos hace únicos y memorables. Para ello busca algún detalle que condimente a tu personaje. Puede ser una pequeña debilidad, tic, manía, maña o incluso una inesperada especialidad. Construye una breve historia que la explique o que de un anecdotario al respecto. Eso le dará vida a lo que seria un personaje mas plano. 

10. Preguntas Finales: Responde algunas preguntas que sirvan de brújula a la interpretación del personaje. Ten claro las creencias o convicciones de tu héroe. Establece también qué lo haría crecer como persona. Dale creencias y objetivos. Piensa en cómo actuaría en situaciones límite, cuando lo que ama este en riesgo o cuando sus deseos sean contrarios a lo moralmente correcto. Todo eso le dará una dirección, consistencia y fluidez a sus decisiones en la aventura.




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Nos vemos!

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